lunes, 25 de octubre de 2010

LA [MALA] CALIDAD DEL DISCURSO POLÍTICO

El proceso de degradación del discurso político, que parece haberse acelerado desde que, en 1989, el señor Francis Fukuyama decretó el fin de la historia y de las ideologías, amenaza con clausurar definitivamente la capacidad de razonamiento colectivo. Ni la clase política ni los medios de comunicación parecen interesados en  romper con la palabrería asfixiante que vacía de contenido cualquier mensaje.

El desconocimiento de la sintaxis, la ortografía, la pobreza del vocabulario y las dificultades para expresarse de modo coherente que se observan tanto en el habla cotidiana y en los comentarios de los lectores en los diarios como en artículos, noticias y reportajes de los medios de comunicación, escritos, radiofónicos y televisivos, y en éstos la manipulación informativa, son síntomas que revelan una mala praxis educativa y una perversa política de alienación y narcotización de la sociedad.
Una sociedad anodina y culturalmente desertizada es campo propicio para un discurso político reducido a la expresión de eslóganes de venta de un producto -el partido, el candidato, las políticas menores- al insulto, la descalificación del rival y al power point en detrimento del argumento, el diálogo y el contenido imprescindibles para la comunicación y el entendimiento entre los partidos y entre los partidos y los sindicatos, las entidades empresariales y culturales, y el electorado en general para una eficaz gestión de la res publica
Resulta dramático observar cómo la mayoría de los políticos no encuentra las palabras adecuadas para explicar a los ciudadanos la realidad del país y de un mundo en el que millones de personas mueren de hambre o en guerras, quedan sin trabajo, sin viviendas o sin esperanzas de futuro. Resulta dramático comprobar cómo sus frases hechas y vacuas se enredan en madejas de intereses mezquinos que disimulan la corrupción ética y económica, reducen el bienestar de los ciudadanos y ponen en peligro la paz y la democracia. 

martes, 19 de octubre de 2010

LA SOMBRA DEL UNIVERSO

Mapa en 3D de materia oscura en la zona del Universo estudiada. Foto ESA
La concepción que tenemos del Universo siempre aparece contaminada por intuiciones religiosas y osadías científicas, que buscan dar respuesta a las dimensiones de una realidad que supera hasta lo indecible las limitaciones de la inteligencia y el conocimiento humanos. Sin embargo, desde que salió de la cueva y miró el cielo, el ser humano no ha renunciado a descubrir los misterios que lo rodean. Recientemente, astrónomos japoneses, británicos y taiwaneses han conseguido plasmar un mapa de materia oscura.

Según el Génesis, Yahveh prohibió a la pareja habitante del Edén comer del fruto del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal. Sin embargo, Eva comió y dio a comer ese fruto a su compañero y con ello no sólo reivindicó la soberanía del ser humano para decidir su destino sino que también puso de manifiesto el afán insaciable de conocimiento que caracteriza su naturaleza. En el marco de la cultura judeocristiana, desde este momento mítico el ser humano es presa del síndrome de Eva y no ha cejado en su propósito de saber.
La materia oscura es por definición un misterio y su existencia una intuición que constituye un problema angular de la física y la astronomía contemporáneas. Se trata de una materia no atómica invisible a la luz y a otras calidades de ondas magnéticas. Los efectos de su presencia ya fueron formulados por Einstein en su célebre Teoría de la Relatividad y posteriormente comprobados por otros científicos. Es así que se sabe que planetas, estrellas, galaxias y otros cuerpos celestes apenas representan un 4% del Universo. Del 96% restante, el 23% corresponde a la misteriosa materia oscura y el resto ¡un 73%! a una más misteriosa energía oscura.
Ante la inmensidad de esa sombra que desborda el cálculo humano cabe preguntarse por qué seres tan pequeños tienen la capacidad de asomarse a los confines del Universo y al mismo tiempo generar tanta miseria y violencia en el mundo.

viernes, 8 de octubre de 2010

NOBEL PARA VARGAS LLOSA


Mario Vargas Llosa según Mechaín Doroteo
La concesión del premio Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa constituye otro explícito reconocimiento a una de las generaciones más brillantes de la historia de la literatura hispanoamericana. Una generación que,  estrechamente vinculada a la poesía, revolucionó la prosa continental.

En la estela de los grandes maestros como Borges, Asturias, Roa Bastos, Onetti  y Carpentier, la generación de los Vargas Llosa, García Márquez, Octavio Paz, Julio Cortázar, José Donoso, Juan Rulfo,  etc. también abrevó en las fuentes creativas de Rubén Darío, Leopoldo Lugones, Macedonio Fernández, César Vallejo, Pablo Neruda, entre otros muchos, para conformar la definida personalidad de literatura continental, a la que habría que añadir también a los grandes creadores brasileños, como Jorge Amado, Vinicius de Moraes, Drummond de Andrade y Joaquim Pedro de Andrade, quienes lamentablemente fueron ignorados por la Academia sueca.
Ser heredero de una rica tradición literaria y proyectarla a la modernidad requiere talento y ese talento es el que  -deseo- ahora se ha premiado con el galardón universal. De ser así, Mario Vargas Llosa debió recibir el Nobel mucho antes de que su deriva conservadora llevaran sus libros hacia el adocenamiento mercantil y a la exaltación  del canon realista decimonónico para favorecer la institucionalización del estilo único de acuerdo con los intereses de los grandes grupos editoriales. Quiero pensar que el premio Nobel ahora otorgado ha sido un reconocimiento al gran Vargas Llosa de Los jefes, La ciudad y los perros, La casa verde y, sobre todo,  Conversación en La Catedral.  Libros éstos que trasuntan verdad artística y determinación para hallar una forma expresiva que responda a la complejidad de la identidad latinoamericana.

lunes, 4 de octubre de 2010

LA CONJURA DE LOS NECIOS (IV)

Una huelga siempre es síntoma de una disfunción social insoportable que se produce entre una mayoría productiva -los trabajadores- y la minoría que controla los medios de producción. La huelga del 29-S no es una excepción a esta regla. Sin embargo, los portavoces de los necios quieren reducirla a algo menor de alcance doméstico.

En el discurso acomodaticio que propone la permanente conjura de los necios, se generaliza la violencia de algunos piquetes aislados y se ignora el acoso patronal diario a centenares de trabajadores que temen perder sus puestos de trabajo; se reduce la lucha sindical a una mera confrontación con el Gobierno y se pasa por alto los graves daños causados en las economías nacionales por la globalización de un sistema controlado por el poder económico-financiero enquistado en los organismos financieros supranacionales (BM, FMI, etc.) y grupos de especuladores.
La derecha española, cuyo conservadurismo ultramontano no ha superado el estadio del absolutismo decimonónico, proclama que la huelga es un fracaso del Gobierno (?) y de los sindicatos. Si este mensaje necio alcanza algún calado entre la gente es debido a la perversión de un discurso que se nutre siempre de la ideología emocional de vastos sectores sociales influenciables y poco dados a la reflexión política. 
Ante una crisis económica profunda, lo menos que se espera de todos los actores sociales (partidos, sindicatos, instituciones, trabajadores, pensionistas, etc.) es solidaridad para paliar sus efectos más dañinos en las capas más débiles de la sociedad. En este sentido, la recalcitrante oposición de la derecha si realmente quiere el «bien de los españoles», como gusta decir, no puede poner palos constantemente en las ruedas de la acción gubernamental por intereses partidarios, naturalizar la corrupción allí donde gobierna o gobernaba -Baleares, Valencia, Málaga, Galicia, Madrid, Canarias- y tampoco  minimizar la acción sindical para tener el campo abonado si llegase a gobernar. Esta idea que la Escuela de Chicago elevó a la categoría de principio y que Pinochet puso en práctica de manera brutal durante su dictadura en Chile, es la que subyace  -y nadie se escandalice por la comparación- en el proyecto básico de la derecha española. Gobernar sin oposición  sindical seguramente es el utópico sueño de los necios.
Los sindicatos, que han jugado un incontestable papel vertebrador de la democracia y en la modernización de la economía española, aunque algo apoltronados y lentos en sus reacciones, han impulsado una huelga que no va contra el Gobierno y ni siquiera contra la actual reforma laboral, sino para tomar posiciones de fuerza ante la avanzada contra los derechos de los trabajadores activos o que lo son potencialmente y retirados. Pero su verdadera fortaleza dependerá de que éstos tengan conciencia de su condición social y no se dejen cautivar por el discurso emocional de los necios.


LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD

El confinamiento obligado por la pandemia que azota al mundo obliga más que nunca a apelar a la responsabilidad. Los medios de comunicación...