En una sociedad dominada por la frivolidad y el pasotismo alimentados por mass media de corazones perdidos, petardos amarillos y vocinglería tertuliana; una sociedad en la que los cretinos hacen uso indebido del derecho a opinar, calificar y descalificar e incluso a gobernar naciones, las palabras y los gestos de las personas se manifiestan corrompidas por el eufemismo o el sinsentido. Así, por ejemplo, la palabra «crisis» ya sólo enuncia una vaga situación que aparentemente sólo preocupa a los poderosos que se sientan a pensar soluciones mientras un buen número de sus esposas hacen relaciones públicas entre pasarelas y conciertos. La palabra «crisis» parece no tener nada que ver con el drama de millones de trabajadores a quienes la ilusoria burbuja del despropósito capitalista les estalló en la cara convirtiéndolos en una informe masa estadística de parados.
Ante este escenario de despropósitos es justo resaltar algunos gestos alentadores por parte del gobierno español que preside el señor José Luis Rodríguez Zapatero. En semana santa, después de sus importantes reuniones de proyección internacional, mientras los obispos politizaban el ritual religioso atando lacitos a las imágenes, el partido de la oposición rezaba por sus miserias y corruptelas y las masas populares que aún perciben un sueldo gozaban de sus vacaciones, el nuevo gobierno del presidente Rodríguez Zapatero trabajaba. Ignoro si las ideas y medidas que produjeron en esos días febriles serán o no eficaces, pero ese gesto fue todo un mensaje de sensibilidad social y de solidaridad con quienes están sufriendo verdaderamente las consecuencias de una doctrina económica injusta.
En el contrato social que la sociedad hace con el Estado cediendo parte de su soberanía a cambio de seguridad y bienestar, la responsabilidad de los gobernantes es fundamental y ha de estar sustentada no sólo en hechos sino también en gestos que indiquen a la ciudadanía que se está trabajando por ella. Por esto, cuando algún mandatario de escasa monta y poco entendimiento se cree más alto de lo que es, otro se dedica a ligar o frivolizar con las víctimas de un terremoto que ha dejado unos 300 muertos y un montón de energúmenos opinan desde la vacuidad cerebral, es digno de señalar y celebrar que el gobierno de nuestro país, el presidente Rodríguez Zapatero y sus ministros, hayan trabajado como lo han hecho esos días de vacaciones religiosas.