sábado, 13 de febrero de 2010

GARZÓN, EL JUEZ EN LA PICOTA

Las actuaciones del juez Baltazar Garzón no han pasado desapercibidas para nadie ni en España ni tampoco en el extranjero. Tampoco han dejado a nadie indiferente. Tales acciones infunden respeto en unos y temor en otros. Por esta razón no son pocos quienes lo tildan de juez estrella y tampoco son pocos los enemigos que ha ido dejando a su paso. Es posible que haya en su modo de actuar algo ególatra, pero nadie puede negar su amor por la justicia, su profundo compromiso con los derechos humanos y su férrea lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la corrupción.
Desde hace años muchos sectores del poder político y económico lo tienen como objetivo a destruir. Ahora parece que lo van a sentar en el banquillo acusado de prevaricación. Resulta llamativo que la última campaña para destruirlo y apartarlo para siempre de la carrera judicial se haya puesto en marcha justo después de querer enjuiciar los crímenes del franquismo y abrir la caja b del Partido Popular con el caso Gürtel. Ante esta reacción tan furibunda contra el juez que ha puesto la justicia española en el mundo como ejemplo en la lucha contra los crímenes de lesa humanidad, cabe preguntarse qué más hay en el fondo de esa oscura caja y a quienes estará haciendo temblar su actuación como juez.
Las acciones contra el juez Baltazar Garzón, ahora que han empezado, deben llegar hasta el final con el apoyo de la sociedad española, pues puede ser la vía que él ha estado buscando para renovar profundamente acaso el único poder del Estado que no ha seguido el mismo ritmo de democratización que los otros.

LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD

El confinamiento obligado por la pandemia que azota al mundo obliga más que nunca a apelar a la responsabilidad. Los medios de comunicación...