lunes, 14 de enero de 2013

LOS CORRUPTOS SE QUITAN LA MÁSCARA


Esperanza Aguirre, ex presidenta de la
Comunidad de Madrid
Los escándalos de venalidad de los políticos son la punta del iceberg de la corrupción de la actividad política, dado que bajo la superficie de lo lícito se ocultan conductas reñidas con la ética y la responsabilidad obligatoriamente observables por los servidores públicos. Junto a los casos de corrupción clásica - Gürtel, Mata, Fabra, Pokemon, etc.- que implica el soborno también son casos de corrupción el paso más o menos inmediato de altos cargos políticos a la empresa privada.


Rodrigo Rato, como ministro privatizó Telefónica, de la que
ahora es consejero para Europa y América Latina.
Como la mujer del César, el político no sólo ha de ser honesto, sino parecerlo. Pero este no es el caso de  Juan José Güemes ex consejero de sanidad de Madrid, fichado por la empresa Unilabs, a la que había adjudicado el servicio público de análisis; Pedro Morenés, ministro de Defensa y vinculado a empresas armamentísticas; Rodrigo Rato, ex ministro de Economía del primer gobierno de Aznar durante el cual privatizó Argentaria, Tabacalera, Endesa, Repsol y Telefónica, ex director gerente del FMI y director de Bankia, fichado por Telefónica, y Esperanza Aguirre, ex presidenta de la Comunidad de Madrid, quien después de acomodar las leyes para la instalación Eurovega, renunció de este cargo para fichar por Seeliger y Conde manteniéndose como presidenta del Partido Popular de Madrid. Después de estos casos, que no son los únicos sino los más recientes, viendo las medidas favorables a los bancos y a las grandes corporaciones que el gobierno del PP está tomando a golpe de mayoría absoluta en el Parlamento cabe preguntarse ¿por quién fichará o habrá fichado ya Mariano Rajoy y con él los muchos que participan en el desmantelamiento del Estado de bienestar? Pero dado que esta pregunta sólo transmite una sospecha, quizás la pregunta que debe hacerse el ciudadano es ¿qué es la corrupción? Para responder a esta pregunta recurro a la definición que doy de «corrupción política» en mi Diccionario político. Voces y locuciones (El Viejo Topo, 2012). 
La corrupción política es el «uso deshonesto del poder gubernamental con el propósito de obtener un beneficio ilegítimo, generalmente secreto y privado. La corrupción política se manifiesta de muy diversas formas, aunque las más frecuentes son el uso indebido de información privilegiada, el tráfico de influencias, los sobornos, las extorsiones, la malversación de fondos públicos, la prevaricación, el caciquismo, el fraude electoral, el nepotismo, etc. y afecta desde los más altos cargos de gobierno hasta el funcionario que ocupa el puesto más bajo del escalafón administrativo. Su origen está en las tensiones que produce la confrontación entre los intereses públicos y los privados, en particular cuando estos últimos hacen sentir su influencia en las instituciones del Estado. 
La corrupción política tiende a degradar la credibilidad de la clase política, a menoscabar el respeto a las instituciones públicas y a comprometer el Estado de derecho, lo que da lugar al mal funcionamiento de los servicios públicos, la mala calidad de vida de los ciudadanos y las prácticas anómalas de la justicia, al mismo tiempo que facilita el tráfico de drogas, el lavado de dinero y otras actividades del crimen organizado.La corrupción se plantea como un problema real cuando infisiona el sistema social de relaciones y se convierte en un fenómeno difícil de precisar y juzgar.  En el primer caso, la dificultad se debe a la diversidad de las actuaciones, que van desde el soborno de un funcionario de ventanilla hasta el regalo interesado a un alto cargo de gobierno o a un grupo de diputados para que sancione o rechace determinada ley o favorezca a un lobby en una licitación, en el segundo a los diferentes grados de percepción que los actores y la ciudadanía tienen del fenómeno. Generalmente, en este caso, la opinión pública es la que determina el alcance de la corrupción y su mayor o menor identificación con las conductas corruptas, según quienes sean los corruptos y los corruptores. 
Para algunos especialistas, los intercambios sociales generan un mercado de la corrupción, donde se establecen las exigencias, las obligaciones y los métodos precisos de compensación, y para otros es la corrupción la que genera intercambios sociales que favorecen la existencia de redes legales en el marco de los sistemas neocorporativistas*, que desarrollan mecanismos de protección a corruptos y corruptores que garantizan la realización de las operaciones clandestinas.
En el orden político la corrupción se localiza en los legisladores, los partidos políticos y la Administración y se asienta en la mayor o menor venalidad del político y su grado de ambición personal, política o económica; el nivel de competencia entre los partidos políticos y sus recursos para la financiación de sus actividades, y el grado de organización de los grupos de presión, así como la existencia o no de competencia entre ellos. La corrupción legislativa se verifica mediante las votaciones que sancionan o rechazan leyes que afectan a grandes corporaciones que conforman poderosos grupos de presión ilegales. 
La corrupción de los partidos parte del deseo de la formación política de asegurar su triunfo electoral y su acceso o permanencia en el Gobierno mediante espectaculares campañas de propaganda, beneficios clientelares o compra de votos, etc. Las posibilidades de éxito de estas campañas se ven favorecidas al influir sobre una base electoral pasiva, acrítica, mal informada y vulnerable a la demagogia, y por la acción eficaz de grupos de presión bien organizados, que actúan protegidos por la misma red política. La corrupción administrativa tiene que ver con la venalidad de los funcionarios y su capacidad para bloquear o acelerar la aplicación de una ley, una sanción, etc., dar trato preferencial o filtrar información.

LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD

El confinamiento obligado por la pandemia que azota al mundo obliga más que nunca a apelar a la responsabilidad. Los medios de comunicación...