Benedicto XVI en su visita a Camerún ha declarado que el condón no resuelve el problema del SIDA. Antes bien, lo agrava pues no contribuye a fomentar la responsabilidad. La propuesta del sumo pontífice de la Iglesia es la abstinencia sexual y propiciar una renovación espiritual que abra el camino hacia una sexualidad más humanista.
En un continente donde a causa del SIDA mueren unas 6.000 personas diarias -más que las provocadas por cualquier guerra o hambruna- y hay millones de niños huérfanos, de los cuales muchos son seropositivos, como informa la BBC, las palabras del papa suenan a radical frivolidad. Pero no es así, pues es coherente con un discurso retrógrado que reniega de la vida que dice defender. La campaña eclesiástica que la curia española ha lanzado contra el aborto en la que muestra a un niño y a un lince (euroasiático y que no está en peligro de extinción como el ibérico), para acusar al gobierno de proteger a los animales más que a los humanos, resultaría risible sino fuera por la trágica falacia que comporta.
Quienes hayan leído los evangelios comprenderán que la política integrista de la curia romana no responde en absoluto a la ideología cristiana. Si Jesús fue capaz de comprender y defender a los marginados frente a los fariseos y mercaderes, seguramente hoy también defendería, como lo hacen muchos misioneros, a los parias del mundo. Tampoco me extrañaría que aconsejara el uso del condón para evitar que el mal se siga propagando entre los infelices de la Tierra. Los bien nacidos aman al prójimo como a sí mismos.
En un continente donde a causa del SIDA mueren unas 6.000 personas diarias -más que las provocadas por cualquier guerra o hambruna- y hay millones de niños huérfanos, de los cuales muchos son seropositivos, como informa la BBC, las palabras del papa suenan a radical frivolidad. Pero no es así, pues es coherente con un discurso retrógrado que reniega de la vida que dice defender. La campaña eclesiástica que la curia española ha lanzado contra el aborto en la que muestra a un niño y a un lince (euroasiático y que no está en peligro de extinción como el ibérico), para acusar al gobierno de proteger a los animales más que a los humanos, resultaría risible sino fuera por la trágica falacia que comporta.
Quienes hayan leído los evangelios comprenderán que la política integrista de la curia romana no responde en absoluto a la ideología cristiana. Si Jesús fue capaz de comprender y defender a los marginados frente a los fariseos y mercaderes, seguramente hoy también defendería, como lo hacen muchos misioneros, a los parias del mundo. Tampoco me extrañaría que aconsejara el uso del condón para evitar que el mal se siga propagando entre los infelices de la Tierra. Los bien nacidos aman al prójimo como a sí mismos.