viernes, 26 de marzo de 2010

CANIBALISMO CÓSMICO

Goya, quien representó a Saturno (Chrono) devorando a sus hijos, y el novelista Thomas Harris, que concibió al refinado antropófago  Hannibal Lecter, ejemplifican en el arte y la literatura esa oscura latencia humana que es el canibalismo.

El canibalismo, el acto de devorar a miembros de la misma especie, ha sido practicado por algunos grupos humanos desde la más remota antigüedad por hambre, ritual religioso o guerrero. Los animales también son proclives a devorar individuos de la propia especie -el cerdo, el hamster, la mantis religiosa, la araña y el escorpión hembras, el cocodrilo, el dragón de Komodo, algunas focas e incluso a veces el león y el oso-, lo que hace pensar que esta pulsión está originalmente vinculada con el instinto individual de supervivencia.
El científico español Josep María Trigo, quien participó en la misión «Stardust» de la NASA, encargada de analizar los materiales procedentes de cuerpos celestes distintos de la Luna, ha dado a conocer «claves muy valiosas» sobre la formación del Sistema Solar y los orígenes de la Tierra y de la vida en este planeta. Según él, hace unos 3.900 millones de años, durante la migración de los planetas gigantes, se produjo un segundo bombardeo -«bombardeo tardío» lo llama él para diferenciarlo del «bombardeo primordial» que dio origen a los planetas-, cuyas esquirlas (cometas y asteroides) ricas en agua y materia orgánica que cayeron en la Tierra crearon las condiciones propicias para el origen de la vida.
La migración de la que habla el profesor Trigo se debió a la inestabilidad orbital y las perturbaciones gravitatorias de los planetas en el sistema a fin de hallar su equilibrio dentro de él aunque distanciados del Sol. La mecánica del desplazamiento fue la misma para todos, salvo para Urano y Neptuno que, literalmente, se comieron a otros planetas y lunas del Sistema Solar para sobrevivir. El caso más llamativo, según explica el profesor Steven Desch, de la Universidad de Arizona, fue el de Neptuno. Éste, en su fase migratoria, habría devorado a otro planeta de un tamaño dos veces mayor que el de la Tierra y apropiado de una de sus lunas, Tritón, que, llamativamente, gira en sentido contrario al de la rotación de Neptuno.
Un seguidor zen diría sin asombrarse que todo está conectado y que el canibalismo terrestre no es ajeno al canibalismo cósmico. Incluido el metafórico que se percibe en bandas de empresarios, banqueros, políticos, intelectuales y otros lobos con piel de cordero.

Imagen: Saturno devorando a sus hijos, de Francisco Goya.

sábado, 20 de marzo de 2010

AL CALOR DE LAS FALLAS

A la Comunidad Valenciana y al PP les gusta jugar con fuego. Investigaciones policiales y judiciales han sacado a la luz una densa trama de intereses, en la que aparecen comprometidos como puntos de un amplio espectro de corrupción, desde Francisco Camps, presidente de la Generalitat, hasta Carlos Fabra, cacique de la taifa de Castellón, sin olvidar a Jaume Matas, ex ministro y ex presidente de Baleares o el tesorero Luis Bárcenas. No obstante, el Partido Popular, con su presidente a la cabeza, les brinda el soporte como si nada ocurriera. 

La trama Gürtel, en la que también están implicados altos cargos del partido, motivó una virulenta campaña de desprestigio de las fuerzas de seguridad y de algunos jueces, entre ellos Baltasar Garzón, a quien incluso se pretende apartarlo de la carrera judicial. En este caso, porque también se atrevió a procesar por crímenes de lesa humanidad a miembros de la dictadura del general Francisco Franco.
Los métodos contrademocráticos del Partido Popular, del que también forma parte el «alzamiento» de Esperanza Aguirre contra la subida del IVA, son cada vez más claros en la medida que, paralelamente a las acusaciones de persecución política que atribuyen al Gobierno o la recusación de jueces que actúan contra sus excesos, salen en supuesta defensa de los jueces españoles interfiriendo irresponsablemente la política exterior gubernamental a partir de un auto que supuestamente relacionaría al gobierno venezolano con ETA. 
El cinismo del PP se pone de manifiesto no sólo en la foto de Rajoy con Camps y Rita Barberá en el balcón del ayuntamiento valenciano durante la mascletá, sino en las violentas declaraciones contra la gestión gubernamental de la crisis diplomática con Venezuela, las descalificaciones virulentas del presidente Chávez en un mítin del PP colombiano y luego, tras una reunión con el presidente colombiano Álvaro Uribe, la suavidad con que despachó el asunto venezolano, que se quedó en una meliflua «No voy a entrar en detalles sobre el gobierno de Venezuela. Espero que las cosas vuelvan a su cauce». 
Bastan estos ejemplos de la cínica actuación de los líderes del Partido Popular para tener ante nosotros un horizonte pervertido por el cinismo, la corrupción y, sobre todo, el hambre de poder si esta gente llega a gobernar algún día. Ante esto cabe preguntarse ¿no hay alguien dentro de esa formación con la suficiente  sensatez como para generar y promover dentro de ella una corriente más moderna y responsable y menos hipócrita y extremista?.

viernes, 12 de marzo de 2010

PASIÓN Y VERGÜENZA EN LA CULTURA

En Londres se ha inaugurado la exposición El sueño de Miguel Ángel, que reune una importante colección de cartas, poemas y dibujos que prefiguran algunas de las creaciones más significativas del genio italiano. En su conjunto, la obra de quien en vida ya fue llamado el Divino manifiesta el poder del artista como creador. «Un poder sustentado en el vigor físico y la pasión, ese intenso arrebato, la terribilità», que definió su obra y su personalidad, tal como escribí en Miguel Ángel (Sol 90, 2006). El dolor, el deseo, el amor y el sentimiento religioso constituyen un tejido de contradicciones que tensa toda su obra. Grato es el sueño y más el ser de piedra, / mientras el daño y la vergüenza duran; / no ver, no sentir me es gran ventura; / no me despiertes, no, habla más bajo, dice uno de los poemas anotados en su cuaderno.
Con interesada torpeza, los promotores de la exposición londinense inducen al público a pensar que la pasión que late en la obra del artista fue fruto casi único de su condición homosexual y de su amor fou por el joven y hermoso Tommaso dei Cavalieri. «Todas las dudas que hasta entonces habían tensionado su arte aparecieron lacerando su alma y su cuerpo», digo en el libro ya citado, pero el tormento de su alma no procedía tanto de la atracción que sentía por Tommaso, como del deseo carnal que entraba en colisión con el deseo espiritual de alcanzar la belleza.
«Vivo para el pecado, vivo muriendo; mi vida no es mía, es del pecado; el bien me viene del Cielo y el mal de mí mismo», escribe el viejo genio por esa época. La terribilità alcanza su punto culminante en el momento en que pinta en la capilla Sixtina el Juicio Universal, «obra en la que aflora el tormento que devora su alma y su cuerpo». Pero la honestidad y la pasión del artista colisionan con la hipocresía y los prejuicios morales y religiosos hasta que en 1559, Daniele Volterra, por orden del papa Paulo IV, cubrió las «vergüenzas» de los desnudos y se ganó el mote popular de Braghettone.
La estirpe de los braghettoni no ha desaparecido y se la puede reconocer en aquellos que disfrazan su puritanismo con un frívolo liberalismo, como los publicistas de la exposición londinense, o en quienes desnudan las paredes de un museo valenciano para ocultar las vergüenzas de la corrupción política de sus gobernantes.
Imagen: El sueño, de Miguel Ángel.

LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD

El confinamiento obligado por la pandemia que azota al mundo obliga más que nunca a apelar a la responsabilidad. Los medios de comunicación...