viernes, 22 de julio de 2011

ENMIENDA AL «NUNCA MÁS»



Héctor Fabiani fue siempre un militante honesto y valiente del PRT.
El 4 de mayo de 1976, en Buenos Aires (Argentina), un «grupo de tareas» del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército irrumpió en la casa del escritor Haroldo Conti secuestrándolo y haciéndolo desaparecer. En el mismo operativo también fue secuestrado y hecho desaparecer Héctor Fabiani. Un error recogido en el informe de la Conadep, que sirvió de base al libro «Nunca más», manchó el nombre de un hombre honesto y consecuente con sus ideales de libertad.

En diciembre de 1975, me hallaba en Buenos Aires escondido tras la amenaza de muerte de la Triple A y en espera de que Amnistía Internacional me sacara junto a mi familia del país, cuando vi por última vez a Haroldo Conti y a Héctor Fabiani, ambos pertenecientes al Frente cultural del PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores). Tanto Haroldo Conti, a quien apoyaba en sus pretensiones de cambiar la dinámica de la SADE (Sociedad Argentina de Escritores), como Héctor Fabiani, de quien era amigo desde hacía tiempo, me brindaron su ayuda y su solidaridad en aquellos momentos a pesar del clima de terror que ya vivíamos durante el gobierno peronista de María Estela Mártínez. Los gestos y las conductas de los hombres siempre acaba revelando su verdadera naturaleza. Por este motivo, mi corazón dio un vuelco cuando, ya radicado en Barcelona, recibí un poema de un amigo en el que se insinuaba la traición de Héctor Fabiani en el secuestro y desaparición de Haroldo. El golpe mayor me lo dio una primera lectura del «Nunca más», donde figuraba como agente doble de nombre Bufano. La imposibilidad de aceptar dicha evidencia me llevó a observar varias incongruencias en el relato que, con el tiempo, han ido aclarándose.
Todo había partido de la identificación errónea que hizo la esposa de Conti, Marta Scavac, de la foto borrosa de un delincuente argentino apresado en Suiza y que había pertenecido a los grupos de tareas. Si bien la señora Scavac viajó a Suiza y en rueda de reconocimiento constató que el de la foto mostrada no era Héctor Fabiani y envió cartas aclarando su primera y errónea identificación, ésta pasó a formar parte del legajo 77 del Informe de la Conadep y del libro «Nunca más». 
Por si todos estos hechos no han sido suficientes para publicar una rectificación oficial del llamado «Informe Sábato» y restituir la honorabilidad de Héctor Fabiani, el reciente descubrimiento e identificación de su cadáver en el cementerio de Avellaneda, donde figuraba como NN., ha permitido confirmar su secuestro en el Centro de detención El Vesubio y su posterior asesinato poco después. La familia de Haroldo Conti, su viuda Marta Scavac y su hijo Marcelo, y Roberto Fabiani, hermano del militante del PRT, han emprendido una intensa campaña para enmendar el «Nunca más» y reivindicar el coraje y la valentía de un buen hombre, de Héctor Fabiani. En la Explanada Haroldo Conti, dedicada a los desaparecidos y víctimas de la dictadura militar, hoy se levanta un monumento en honor a Héctor Fabiani. 

miércoles, 20 de julio de 2011

PREGUNTAS

Los cínicos ríen
¿PAGAR UNA MULTA ES SUFICIENTE PARA RESTAURAR LA HONESTIDAD DE LOS CORRUPTOS?

¿PAGAR UNA MULTA ES SUFICIENTE PARA EXIMIR DE RESPONSABILIDAD POLÍTICA A LOS ALTOS CARGOS VALENCIANOS ACUSADOS DE COHECHO QUE RECONOCEN SU CULPABILIDAD?

¿PAGAR UNA MULTA ES SUFICIENTE PARA CREER EN LOS PERJUROS Y MENTIROSOS?

¿PAGAR UNA MULTA ES SUFICIENTE PARA QUE LOS TRAMPOSOS SE LIBREN DE DIMITIR DE SUS CARGOS PÚBLICOS?


¿PAGAR UNA MULTA ES SUFICIENTE PARA GARANTIZAR A LOS CIUDADANOS QUE NO SIGUEN ROBANDO Y ENRIQUECIÉNDOSE A COSTA DE ELLOS?


¿PAGAR UNA MULTA SERÁ SUFICIENTE PARA EL RESTO DE LOS PARLAMENTARIOS, INCLUIDOS LOS DEL PP, QUE NO COMULGAN CON CONDUCTAS CORRUPTAS DE SUS COMPAÑEROS?

¿PAGAR UNA MULTA SERÁ SUFICIENTE PARA LAVAR SUS CONCIENCIAS?


¿CUÁL ES LA RESPUESTA DEL HONESTO SEÑOR MARIANO RAJOY Y DE LOS VOTANTES DEL PP VALENCIANO A ESTAS PREGUNTAS?

lunes, 18 de julio de 2011

EL DISCURSO DE LOS CÍNICOS

¿Trajes? ¿De qué trajes habla?
Los furibundos ataques de la cúpula del PP contra el candidato socialista a las próximas elecciones presidenciales, por el llamado «caso Faisán», contrasta con el cerrado silencio que manifiesta ante el procesamiento por corrupción del presidente valenciano Francisco Camps. 

Si ya produce asco que una parte de los votantes valencianos tengan tripas como para haber dado su voto a una banda de presuntos corruptos, como es la que encabeza Francisco Camps en la comunidad valenciana, más lo produce el ejercicio de cinismo del principal partido de la oposición, el derechista Partido Popular (PP), al centrarse únicamente en tener o recuperar la poltrona desde aquel famoso exabrupto de Aznar, «váyase señor González». Después de una agobiante, enrabietada y mezquina oposición durante dos legislaturas al Gobierno socialista,  durante las cuales no sólo no colaboró en ningún asunto de Estado sino que boicoteó algunas decisiones gubernamentales poniendo en duda la solidez financiera española en el plano  internacional, el discurso de los cínicos -voz que deriva del griego kyn-nos, perro- sigue centrado en su asalto al poder. 
Ni los más ignorantes dudan de que dos de las cuestiones más sensibles en estos momentos son la economía y el terrorismo. Nadie duda de que el ex Ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, es quizás quien ha impulsado la política más eficaz para debilitar a ETA y abocarla a su desaparición. Sin embargo, el discurso de los cínicos se centra en descalificar a la persona y sembrar dudas sobre su honestidad al frente del ministerio. Al mismo tiempo, el discurso de los cínicos omite el alto grado de corrupción que contamina al PP en casi todas las comunidades y ayuntamientos donde gobierna, con el fútil pretexto de estar «centrados en lo que realmente interesa a los españoles».  Para los cínicos cualquier cosa vale para descalificar, ensuciar y pedir la dimisión de sus rivales, pero no para los suyos, aunque estén trajeados hasta las cejas.
Cabe preguntarse cómo es que se rasgan ahora las vestiduras porque el Gobierno «haya dilapidado la gran herencia que dejaron sus gobiernos» y no se las rasguen ante la certeza de que fueron ellos, con la desrregulación del suelo y sus políticas ultraliberales, quienes favorecieron los pelotazos y la burbuja inmobiliaria, cuyas consecuencias ahora están obligados a pagar todos los españoles. El espectáculo que ofrecen y el ejercicio de cinismo y mezquindad que realizan son tan repugnantes que me pregunto si alguno de ellos tiene conciencia o sabe lo que es la decencia.

martes, 5 de julio de 2011

¡ES HORA DE PAGAR LOS DERECHOS DE AUTOR!

ACEC, AELC y Gremi d'Editors acuerdan el modelo de «Contrato de Edición de Obra de Encargo».

La industria editorial española, cuya sede capital es Barcelona, es una de las más poderosas del mundo y la hegemónica  en el ámbito de la lengua castellana. Sin embargo, sus prácticas y usos editoriales van en flagrante perjuicio hacia la dignidad y los derechos de los escritores profesionales.

La mayoría de las editoriales directamente o a través de empresas intermediarias -los packagers o «talleres»- conculcan sistemáticamente los derechos de autor mediante una gran variedad de recursos. Entre éstos se pueden contar el tratamiento del autor como «colaborador», «redactor», «prestatario», etc., el desconocimiento y la omisión de su nombre en la obra que ha realizado o colocado entre ilustradores, maquetistas, coordinadores, correctores, directores ejecutivos, etc., y hasta la burda estratagema de no darle los ejemplares justificativos a fin de que no tenga elementos para hacer cualquier reclamación.
Pero si lo anterior es grave desde el punto de vista moral, mucho más lesivo para los intereses patrimoniales del autor es su negación como tal y la apropiación indebida de sus derechos autorales con el subterfugio de calificar toda obra como «colectiva».
Como se sabe, toda obra colectiva es aquella que por iniciativa del editor se realiza con un gran número de autores, cuya aportación es difícilmente discernible. Este es el caso de las enciclopedias, los diccionarios y algunos tipos de manuales. Sin embargo, una colección temática de libros no es necesariamente una obra colectiva. De ser así, plantear que colecciones como la célebre Austral, de Espasa Calpe, o Andanzas, de Tusquets, son obras colectivas sería un gran absurdo.
La cuestión parte de la [mal] intencionada consideración de la obra de encargo como obra colectiva. El hecho se produjo cuando algunos editores de texto vieron que, debido al articulado de la Ley de Propiedad Intelectual, podían perder el control comercial de sus colecciones si los maestros y profesores creadores de los textos cedían los mismos a la competencia una vez cumplido el plazo de cesión acordado. Para evitar que esto sucediera se valieron de la relativa ambigüedad del artículo 8 de la LPI para aplicar a todo encargo el concepto de «obra colectiva» y apropiarse indebidamente de los derechos de autor. Este recurso no sólo les dio el control absoluto de sus colecciones sino que también les reportó ingentes beneficios económicos al reducir el pago de derechos a un exiguo tanto alzado.
El 11 de junio de 2010, la ACEC (Asociación Colegial de Escritores de Catalunya), la AELC (Associacio d'Escriptors en Llengua Catalana) y el Gremi d'Editores de Catalunya sellaron un histórico acuerdo al presentar, entre otros modelos de contratos de edición y traducción, el contrato de edición de obra de encargo. La gran novedad de este modelo de contrato, que se puede consultar en las páginas webs de las tres instituciones mencionadas, es que los autores reconocen a los editores el control de la explotación comercial de la obra y los editores respetan los derechos del autor y pagan a éste un determinado porcentaje sobre las ventas en concepto de tales derecho de autor. 
Dado este paso de gigante para mejorar la situación de decenas y decenas de escritores profesionales cabe esperar que las reclamaciones de éstos ante los editores y ante la Justicia sean debidamente atendidos.

LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD

El confinamiento obligado por la pandemia que azota al mundo obliga más que nunca a apelar a la responsabilidad. Los medios de comunicación...