lunes, 8 de septiembre de 2008

LA ÚLTIMA LECCIÓN, POÉTICA DE LA VIDA


El pasado 5 de enero escribí el post Poética del suicidio en el que reflexionaba sobre las causas que llevan a las personas a renunciar a la vida y el modo de hacerlo. El 27 de julio murió el profesor Randy Pausch, a los 47 víctima de un cáncer. Antes de que esto sucediera, dio en su univesidad una lección magistral que quiso que fuese un precioso para sus tres hijos pequeños. Lo maravilloso de su lección era que el anuncio de la muerte próxima no lo había obligado a renunciar a su modo de vivir. La lucha por la vida y la felicidad consistían en tener sueños y luchar por conseguirlos, aunque se fracasase en este cometido. Su poética de la vida se asentaba en los pilares de la humildad, por la cual somos capaces de reconocer los errores y corregirlos, y la gratitud. Con frecuencia los obstáculos que se nos anteponen, que son grande son pequeños según nuestra percepción, nos ponen en la disyuntiva de lamentarnos y renunciar a los sueños, o de luchar por ellos. Al profesor Randy Pausch no le gustaba el dolor y le repugnaba la muerte, pero hasta el final se propuso ser feliz. En «Nadadores de altura» escribí este poema: El ser humano es carne que sueña. / Sustancia que siente la pesadilla. / A esta materia propensa al placer, / el miedo a morir le descubre el dolor. Pero el profesor Randy Pausch no temía a la muerte. El profesor Randy Pausch amaba la vida.

LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD

El confinamiento obligado por la pandemia que azota al mundo obliga más que nunca a apelar a la responsabilidad. Los medios de comunicación...