lunes, 8 de noviembre de 2010

CON LA LENGUA FUERA

¡keee! ¡Io escrivo komo kiero!
El lenguaje es un sistema de signos de comunicación cuya expresión dinámica, el habla individual, se asienta, como ya lo formuló Ferdinand de Saussure, en un soporte histórico, la lengua de la comunidad. Esto determina que las gramáticas y las ortografías constituyan referentes esenciales para mantener la unidad comunicacional de una lengua frente a las tendencias dinámicas del habla cotidiana motivadas por la evolución social, científica y tecnológica.

Del mismo modo que el año bisiesto viene a corregir y ajustar un desfase en el cálculo del tiempo astronómico, la nueva Ortografía de la lengua española que anuncia la Real Academia Española es una puesta al día en la grafía de algunas palabras y nombres y letras del alfabeto, que el vasto ámbito de uso de la lengua castellana y las innovaciones tecnológicas han hecho necesaria. Así se fija los nombres de las letras be, uve, doble uve y ye, para la y griega, y se eliminan como letras, no como sonidos, la ch y la ll
Asimismo algunas palabras pierden sus acentos, como guion, al que se considera un monosílabo y, ya se sabe, que los monosílabos no se acentúan, y otras los ganan, como cuórum, que además abandona su forma quorum, porque los gramáticos entienden la c ya cumple en este caso con la función fonética. La eliminación del acento es más discutible, como es en el caso de éste (pronombre) para diferenciarlo de este (artículo) o solo (sustantivo o adjetivo) del sólo (adverbio), etc. 
En cualquier caso, los ajustes están plenamente justificados si se pretende una lengua castellana moderna y práctica. Pero lo que no está justificado es la acción distorsionadora de la realidad provocada, no sólo (prefiero seguir acentuándolo) por el uso indiscriminado de eufemismos para disimular las atrocidades, pretendidos tecnicismos que fructifica la ignorancia, sino por el desconocimiento de los tiempos verbales, las malas acentuaciones o el desconocimiento de las palabras que se utilizan. Vaya como perlas muy comunes el mal sentido que se le da a parricidio -muerte que se le da al padre o la madre- cuando se lo utiliza en lugar de uxoricidio -muerte que el marido da a su mujer- o filicidio -muerte que da el padre al hijo- o la indebida acentuación que se le da a evacua que se transforma incorrectamente en evacúa
Es de esperar que maestros, profesores, padres, periodistas y no pocos escritores y poetas, y gente de esa que llaman de la calle y dada a dejar comentarios en todo tipo de diarios digitales, aprovechen estas navidades para regalar o regalarse la Ortografía de la lengua española para no confundir la ye con la ll, la c con la k, la ñ con la ny y aprender la conjugación de los verbos.

LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD

El confinamiento obligado por la pandemia que azota al mundo obliga más que nunca a apelar a la responsabilidad. Los medios de comunicación...